Tuve una tarea tan interesante que me hizo preguntarme ¿Realmente la industria de los videojuegos no puede dar mas de si?
Gears of War, FIFA, God of War, Grand Theft Auto, Mortal Kombat, Final Fantasy, Call of Duty, Halo, Metal Gear Solid, Street Fighter, The Legend of Zelda y Mario, además de integrar la lista de los más exitosos juegos de todos los tiempos, comparten un punto en común: todos se convirtieron en franquicias que, a través de sus continuaciones, dominan el panorama actual del mundo de los videojuegos.
Juego a juego estos nombres resuenan como los más esperados, buscados y deseados de una industria que gana seguidores a pasos agigantados y ya se consolidó como la fuerza más importante dentro del mundo del entretenimiento.
Sin embargo, como todo negocio que crece, la industria de los videojuegos necesita cimentarse sobre la base sólida y estable de los denominados bestsellers, una costumbre adquirida de la música, el cine y las editoriales, que mantiene a flote el negocio, paga las cuentas y hace que la empresa sea rentable. Esta forma de operar, es una espada de doble filo, ya que, aunque mantiene con vida la industria, amenaza con secarla por dentro y quitarle todo su potencial creativo.
El mundo de los videojuegos basa toda su existencia en una algo básico: entretenernos. ¿Pero, qué pasa cuando, en vez de sorprendernos con sus mundos virtuales imaginarios o de llenarnos con sus historias y experiencias nos entregan una y otra vez, casi hasta el cansancio, la misma historia predecible y la misma jugabilidad desde hace diez años? Se acaba el entretenimiento.
Es cierto que, en muchos casos, es el mismo consumidor el que pide una continuación. Productos tan exitosos y revolucionarios como InFamous, Portal o Scribblenauts tomaron al mundo por sorpresa y pidieron a gritos una secuela, pero ¿era necesaria? ¿Era necesario el Mafia II, aún siendo mejor que la primera parte? ¿Era necesario Portal 2, aún siendo un producto de tan alta calidad y producción? ¿Acaso los estudios talentosos no deberían alegrarse de su buena idea y seguir experimentando nuevas rutas, nuevos rumbos?
Se entiende que licencias como Mass Effect o Assassin’s Creed continúen la historia, al fin de cuentas fueron diseñadas como una trilogía desde un comienzo, pero en el caso de productos innovadores que se volvieron exitosos y los distribuidores encargaron una secuela con cátsup y papitas la mayoría de las veces arruinaron la magia (como el brillante BioShock y su no tan feliz secuela).
También, en muchos casos, el nombre del juego sólo se convierte en una marca, una formula, un sello de calidad que deja entrever que el usuario encontrará un producto de la misma categoría que sus predecesores, aunque la historia, personajes y escenografías sean totalmente novedosas. Este es el caso de franquicias como Grand Theft Auto, Final Fantasy, The Elder Scrolls o Fallout (sólo por mencionar algunas), pero ya que estamos creando una experiencia totalmente novedosa ¿no sería mejor ir un poco mas y entregar una nueva propiedad intelectual?
Mundos como el de Resident Evil, Devil May Cry o Silent Hill fueron destrozados de tal forma que se hace imposible seguir una secuencia lógica o recordar qué juego contaba qué cosa. A las secuelas se suman precuelas, a las precuelas cortos de animación, juegos para smartphones, cómics, libros y un sin fin de productos que, en teoría, terminan de redondear la experiencia pero que, en realidad, sólo sirven para exprimir más y más a la gallina de los huevos de oro.
Por suerte, horizontes como los servicios de distribución online ( PS Network, Xbox Live, App Store, Steam y otros) permiten que los desarrolladores independientes puedan hacer llegar sus productos a una mayor audiencia a un menor costo, pero aún falta mucho camino por recorrer si queremos emparejar las cuentas.
Evidentemente las secuelas seguirán imponiéndose, como dice el refran: “más vale malo conocido, que bueno por conocer”. Sin embargo, está en nosotros como consumidores elegir dónde gastamos nuestros domingos y qué productos apoyar.
Por el bien de la industria (y para el bienestar de todos los gamers) espero que la nueva generación de consolas traiga consigo una oleada de nuevos títulos, nuevas aventuras y nuevos mundos por explorar… nuevos sueños.
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